domingo, 19 de enero de 2014

SWEEZY PARTE II

ESTE ANÁLISIS SOBRE "LA TEORÍA DEL DESARROLLO DEL CAPITALISMO" HA SIDO REALIZADO POR:

Teresa Cabello
Sandra Córdoba
Jacobo Mesquida
Julián Tejado


CAPÍTULO V. LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.

1. La reproducción simple: Es útil y necesario, para fines teórico, imaginar un sistema capitalista que, de manera continua no sufra cambios. Ello permite abarcar la estructura de las relaciones que prevalecen en el sistema como un todo, en su forma más clara y simple. El caso en que se supone que no existe el cambio, se verá que alguno de los elementos más esenciales del capitalismo, como existe en realidad, han sido deliberadamente ignorados.
Quesnay, el líder de los Fisiócratas, fue el primer economista que intentó hacer una presentación sistemática de la estructura de las relaciones existentes en la producción capitalista en su famoso “Tableau économique”, y Marx lo llamó “indiscutiblemente la idea más brillante de que la economía política había sido culpable hasta entonces.” Influido por Quesnay, consideraba su propio plan para el análisis de la estructura del capitalismo, que en su forma más elemental llama “Reproducción Simple”, como una versión mejorada del “Tableau”, que se refiere a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y proporciones entre sus diversas partes. Para que se cumplan estas condiciones es necesario que los capitalistas repongan cada año el capital gastado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el mismo. Si no fuera así, tendría lugar una acumulación o un agotamiento de la existencia de medios de producción.

Se establece una suposición a continuación que sirve de explicación más clara que refuerza la idea anterior y ayuda a la comprensión de la misma:

Toda la industria está dividida en dos ramas: en la I se producen medios de producción y en la II se producen artículos de consumo. Conviene subdividir la rama de artículos de consumo en una productora de artículos para obreros y otra de artículos para capitalistas, o sea, de lujo. C1 y C2 serán el capital constante empleado respectivamente en I y II. Por otro lado, V1 y V2 serán el capital variable, mientras que P1 y P2 la plusvalía y W1 y W2 el producto.

Como resultado, se da la siguiente tabla que representa la producción total:

I   C1+V1+P1= W1
II   C2+V2+P2= W2

Para que se cumplan las condiciones de la Reproducción Simple, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de bienes de producción, y el consumo combinado de capitalistas y obreros debe ser igual a la producción total de la rama de artículos de consumo. Esto significa que:
C1+C2= C1+V1+P1
V1+P1+V2+P2= C2+V2+P2

Eliminando C1 de ambos términos de la primera ecuación y V2+P2 de ambos términos de la segunda ecuación, se verá que las dos se reducen a una ecuación única:

C2= C1+P1

Quiere decir que el valor del capital constante usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a producir medios de producción. Si se satisface esta condición, la escala de la producción no cambia de un año al siguiente.
El plan de reproducción ofrece un armazón unificado para analizar las interconexiones de la producción total y del ingreso, un problema que no fue nunca adecuadamente tratado por los economistas clásicos. La producción se divide en dos categorías:

  • Producción total de medios de producción.
  • Producción total de artículos de consumo.
Ambas constituyen la suma de la oferta social de mercancías.
El ingreso se divide en:

  • El ingreso del capitalista 1: debe gastar en medios de producción si ha de mantener su posición como capitalista.
  • El ingreso del capitalista 2: Es libre de gastar en el consumo (plusvalía.)
  • El ingreso del trabajador: Salario.
Sin embargo, puesto que hay capitalistas y obreros en las dos grandes ramas, será mejor decir que le ingreso de divide en seis categorías (tres por las dos ramas.) Además, todas ellas constituyen la demanda total de mercancías.
El plan de reproducción pone los cimientos para un análisis de las “discrepancias” entre la suma de la oferta y la de la demanda, que, se manifiestan en trastornos generales del proceso productivo.
Este razonamiento desencadena de nuevo a la condición del equilibrio de la Reproducción Simple por un método que tiene la ventaja de poner al desnudo la lógica al plan de reproducción. Éste es en esencia un expediente para mostrar la estructura de las ofertas y demandas en la economía capitalista. Debe agregarse, sin embargo, que del plan como tal no es posible hacer ningunas deducciones causales; el plan provee un armazón, no un sustituto, para la investigación ulterior.

2. Las raíces de la acumulación: En el mundo imaginario de la Reproducción Simple se ha construido un sistema en el cual los capitalistas reciben el mismo ingreso año tras año y lo consumen siempre hasta el último dólar, por lo que, los valores de uso tendrían que ser considerados como el fin que persigue el capitalista.
Es inevitable la conclusión de que la Reproducción Simple implica la abstracción de lo más esencial en el capitalista (su interés en ampliar su capital.) Realiza esto convirtiendo una parte de su plusvalía en capital adicional. Le permite entonces apropiarse aún más de plusvalía, que a su vez convierte en capital adicional, y así sucesivamente. Este es el proceso conocido como acumulación del capital y constituye la fuerza del desarrollo capitalista.
El deseo del capitalista de aumentar el valor que controla (de acumular capital) proviene de su posición especial en una forma particular de organización de la producción social. No es de ningún modo una cuestión de propensiones o instintos humanos innatos.
El capitalista es una figura importante en la sociedad sólo por ser el propietario y representante del capital. Privado de su capital, no sería nada. Pero éste tiene una sola cualidad, la de poseer magnitud, y de aquí se sigue que el propietario de una gran cantidad de capital ocupa un puesto más alto en la escala social que el propietario de una cantidad pequeña; posición, prestigio y poder se reducen a la vara de medir cuantitativa de pesos y centavos. El éxito en la sociedad capitalista, por lo tanto, consiste en aumentar el capital propio. “Acumular (como lo expresaba Marx) es conquistar el mundo de la riqueza social, acrecentar la masa de seres humanos explotados por él, y de este modo extender el predominio del capitalista.
La mayor cantidad de plusvalía y también el mayor poder de acumulación corresponden al capitalista que emplea los métodos técnicos más avanzados y eficientes; en consecuencia, el afán de perfeccionamiento es general. Pero estos métodos de producción exigen mayores desembolsos y vuelven anticuados y sin valor los medios de producción existentes.
Vemos que el análisis marxista relaciona la acumulación de capital con la forma histórica específica de la producción capitalista. El camino del éxito y de la elevación social pasa a través de la acumulación. Conforme a esto, Marx trazó una teoría de consumo de los capitalistas. De este modo, aunque la urgencia de acumular sigue predominando, no excluye un deseo paralelo, y aun en parte derivado, de aumentar el consumo.
La interrelación que existe de continua dependencia entre la acumulación y el aumento del consumo que plantea Marx, es más que clara.
Los capitalistas no se enriquecerían si el nivel del consumo fuera bajo. Si por el contrario, éste se incrementa, el capital acumulado también lo hace, por lo que, la riqueza del capital es mayor.
En paralelo al planteamiento marxista, existen otras dos teorías contemporáneas ortodoxas.

v  Teoría de la abstinencia: Abstenerse de consumir a efecto de acumular resulta penoso para el capitalista, y por lo tanto, el interés del capital debe considerarse como el necesario galardón de tal abstinencia. Contra esto Marx sustenta la opinión de que acumular capital, es un fin positivo y lleva consigo, tanto como el consumo, ciertos “placeres”. Sería exactamente tan lógico ver en el consumo una abstinencia de la acumulación, como lo contrario.
En resumen, los capitalistas quieren a la vez acumular y consumir, cuando hacen lo uno ello puede considerarse como abstinencia de lo otro.

v  Teoría de la “espera”: La idea es que, los capitalistas desean consumir todo lo que poseen. No lo hacen porque esperan podrán consumirlo con interés en el futuro. Ello niega por completo la urgencia del capitalista de acumular riqueza.
Estas teorías operaban como defensa de la plusvalía y, por lo tanto, del statu quo.

3. La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo: planteamiento del problema: El plan de Reproducción Ampliada de Marx, en contraste con la Reproducción Simple, muestra la interrelación de las ofertas y las demandas cuando la acumulación es tomada en cuenta, es decir, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, sino que ésta se divide en tres partes, una que consumen los capitalistas, otras que se agrega al capital constante y una tercera que se suma al capital variable.
Este capítulo se centra en el estudio analítico de los efectos de la cantidad del capital variable, es decir, la demanda acrecentada de fuerza de trabajo, implícita en el proceso de acumulación.
Según Ricardo: “El trabajo como todas las demás cosas que de compran y venden, y que pueden aumentar o disminuir, tiene su precio natural y su precio de mercado. El precio natural del trabajo es el precio necesario para que los trabajadores, puedan subsistir y perpetuar su raza, sin aumento ni disminución. Por mucho que el precio de mercado del trabajo pueda desviarse de su precio natural, tiene, como las mercancías, una tendencia a ajustarse a él.”
Según la explicación de Ricardo de que le precio de mercado tiende a ajustarse al natural, considero que es porque por muy alto que sea el precio de mercado, los trabajadores (es decir, la mayoría de los consumidores) van a seguir percibiendo el mismo salario. Por esta razón el consumo va a disminuir y por consiguiente la riqueza del capitalista se verá mermada. Sin cabida a la posibilidad de acumular. Por este motivo, en la mayoría de ocasiones los precios de mercado son razonablemente superiores a los precios naturales pero no desmesuradamente elevados.
Si por el contrario esto no fuera así, y los trabajadores percibieran capital debido a ese aumento del beneficio, el precio de mercado podría ser tan alto como el capitalista decidiera, porque los trabajadores podrían permitirse seguir consumiendo.
¿Qué ocurre entonces? Que el capitalista percibe en esta situación lo mismo que cuando los precios era más bajos pero lo salarios también, por ello no le interesa esta opción.
Por lo que, en resumen, el mecanismo necesario para asegurar el que los salarios permanezcan más o menos al nivel convencional de subsistencia, reside en una teoría de la población. Ésta parte integrante de la estructura teórica de la economía política clásica. Marx la llamaba “dogma de los economistas.”

4. La solución de Marx: el ejército de reserva del trabajo: Estaba bien enterado de la tendencia de los salarios a subir bajo el impacto de la acumulación de capital.
Estaba seguro, de que tal elevación de salarios “no puede nunca alcanzar el punto en que amenazase al sistema mismo.” ¿Qué es lo que detiene los salarios, de tal modo que la plusvalía y la acumulación puedan seguir siendo los rasgos característicos de la producción capitalista?
Su solución gira alrededor de su concepto del “ejército de reserva del trabajo” o “población excedente relativa” que consiste de obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel del salario. “Durante los períodos de estancamiento y de prosperidad media, gravita sobre el ejército activo de trabajo; durante los períodos de sobreexplotación y paroxismo, pone freno a sus pretensiones. Ella confina el campo de acción dentro de los límites adecuados a la actividad explotadora y a la dominación del capital.
Se recluta entre aquellos que han sido desplazados por la maquinaria. Marx consideraba la introducción de maquinaria para economizar trabajo como una respuesta más o menos directa de los capitalistas a la tendencia ascendente de los salarios.
Con respecto a los capitalistas individuales, cada cual da por supuesto el nivel de los salarios y procura obtener las mayores ventajas posibles. Al introducir maquinaria, no hace más que tratar de reducir su nómina de pagos. El efecto neto de esta conducta es el de provocar el desempleo, que a su vez actúa sobre el nivel del salario mismo. De aquí se sigue que mientras más fuerte sea la tendencia de los salarios a subir, más fuerte será también la presión del ejército de reserva para contrarrestarla, y viceversa.
La mecanización significa un alza en la composición orgánica del capital, es decir, un aumento en los gastos de los capitalistas en maquinaria y materiales, a expensas del trabajo. Puede significar un descenso absoluto en la demanda de trabajo, o puede significar que la demanda de trabajo se retrasa con respecto al aumento del capital total. En este último caso, si la población crece la ampliación continúa del ejército de reserva.
Marx no fue el primero es descubrir la posibilidad del desplazamiento del trabajo por la maquinaria. Ricardo (entre otros) también abarcó este tema y establecía que la maquinaria que ahorra trabajo “libera” obreros sin liberar el capital variable necesario para su empleo en otras partes, y por lo tanto, su reempleo depende de la acumulación adicional.
El éxito de Marx fue la integración de este principio en la teoría general de la acumulación del capital, de tal modo que libera a esta última del dogma malthusiano de la población.

5. La naturaleza del proceso capitalista: La economía política clásica, que se apoya en la teoría malthusiana de la población, se inclinó a predecir el fin inminente del progreso económico. La acumulación estimula indirectamente el desarrollo de la población, el aumento del número de habitantes obliga a recurrir a tierras interiores; las cosas necesarias para la vida sólo pueden producirse, por consiguiente, a un costo sin cesar creciente en términos de horas-hombre. Esto implica un alza en el valor del trabajo y de los salarios como una proporción del producto total y, por lo mismo, un descenso de la garantía como una proporción del producto total. Finalmente, la acumulación por los capitalistas “cesará del todo cuando sus ganancias sean tan bajas que no representen para ellos una compensación adecuada por las molestias y los riesgos que necesariamente afrontan empleando su capital en forma productiva. Este curso podría ser detenido temporalmente por descubrimientos científicos y técnicos (maquinaria) que hicieran menos costosa la producción de artículos necesarios. El progreso económico debe ser finalmente detenido por dos leyes naturales preponderantes e inmutables: la ley de la población y la ley de los rendimientos decrecientes. John Stuart Mill, habla de la “imposibilidad de evitar en último término el estado estacionario, irresistible necesidad de que la corriente de la actividad humana desemboque al fin en un mar al parecer estancado.”
Pero hacia el final del siglo XIX, la teoría malthusiana de la población no pudo sobrevivir al notable descenso en la curva de las tasas de natalidad, por lo que los economistas se vieron obligados a abandonar la teoría de la población y con ella toda la teoría clásica de la evolución económica. Sin embargo, en vez de buscar una teoría satisfactoria de la evolución económica para sustituir la teoría clásica desacreditada, procedieron a excluir las cuestiones de los procesos evolutivos del campo de la elaboración teórica sistemática.
Por otro lado, se encuentra la teoría económica de Marx que, rechazando desde el principio todo tráfico como el maltusianismo, se protegió contra los perniciosos efectos de su colapso. Incluyendo en su estructura teórica el principio del ejército de reserva en vez de la ley de la población, sino que puso también la base para un nuevo y asombrosamente poderoso ataque a los problemas de la evolución económica.
Los cambios en los métodos de producción, se convierten en condiciones necesarias para prolongar la existencia de la producción capitalista. Pues es principalmente por medio de las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo, como se recluta el ejército de reserva, y sólo por la existencia continua de éste pueden sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene. De este modo descubrió una de las clases más importantes “leyes del movimiento” del capitalismo, cuya exploración era el propósito expreso de “El capital.”
Para concluir, se ha explicado la base de tal teoría, la noción fundamental del proceso capitalista como aquel que, en principio, implica la acumulación incesante acompañada de cambios en los métodos de producción. En principio, no toma en cuenta los cambios en los métodos de producción; el desarrollo económico es considerado exclusivamente en términos de cambios cuantitativos como la población o la renta. Las relaciones sociales no son afectadas; el resultado final es simplemente un estado de cosas en el que todas estas tasas de cambio son iguales a cero. Puesto que esta noción subraya los cambios que ocurren en los métodos de producción, implica el cambio que ocurren en los métodos de producción, implica el cambio cualitativo en la organización social y en las relaciones sociales, a la vez que el cambio cuantitativo en las variables económicas como tales. Así se abre el camino para considerar el “resultado final” como una reconstrucción revolucionaria de la sociedad, más bien que como un mero estado de reposo.

VI. LA TENDENCIA CRECIENTE DE LA TASA DE GANANCIA

La formulación de la ley por Marx: Con equipos eficientes, se observa claramente un crecimiento en la productividad del trabajo y de l misma manera, de la composición orgánica del capital. De esta afirmación, deriva la “ley de la tendencia decreciente” de Marx.

g =p´(1-o)
g : tasa de ganancia
p´: tasa de plusvalía
o : composición orgánica del capital (proporción del desembolso del                                         capitalista en materiales y maquinaria con respecto al desembolso inicial.)

De esta fórmula, se deduce que si o sube, g baja. Entonces, como anteriormente hemos dicho que o sube con equipos eficientes y su consecuente aumento de efectividad, g tendería a caer. Pero los cambios que se produzcan en , pueden equilibrar los cambios en o reduciendo esto a una mera tendencia. Esto es lo que Marx llama “Teoría de la Ley”.

LAS CAUSAS CONTRARRESTANTES: A continuación, se explican seis causas citadas por Marx, que “contrarrestan o anulan” la ley general de tasa decreciente, como hemos dicho antes, proporcionando un carácter meramente de tendencia.
Se clasifican en dos grupos, según bajen la composición orgánica del capital o eleven la tasa de plusvalía. En las que bajan la composición orgánica del capital, se encuentra el Abaratamiento de los Elementos de Capital Constante:
La productividad aumenta con la maquinaria, y el valor por unidad del capital constante disminuye. Así, crece la composición orgánica del capital produciendo la bajada del valor del capital constante.
En la segunda clasificación, encontramos:
  • Aumento de la intensidad de explotación: al aumentar el tiempo de la jornada de trabajo aumenta también la plusvalía y el trabajo excedente, siendo la misma que antes, la cantidad de trabajo necesario.
Acelerar y estirar eleva la tasa de plusvalía y recorta el trabajo necesario, pasando al excedente parte de la jornada.
  • Depresión de los salarios por debajo de su valor: el mercado es quién determina los precios y los salarios, lo que evita una política agresiva de los salarios.
  • Superpoblación relativa: es fruto de la sustitución de trabajadores por maquinaria. Lo que según Marx, lleva a nuevas industrias con composición orgánica del capital baja y tasa de ganancia alta, que hace subir la tasa de ganancia general. Por otra parte, se deprime la tasa de salarios por la competencia con la fuerza de trabajo activa, y así se eleva la plusvalía.
  • Comercio exterior: con él se adquieren productos más baratos, y se eleva así tanto la tasa de ganancia como la plusvalía, y reduciendo el valor del capital constante.
UNA CRÍTICA DE LA LEY: ¿Se debe suponer que una composición orgánica ascendente del capital supone una tasa constante de plusvalía?
Una composición orgánica ascendente conlleva un aumento de la productividad, de esta manera, si la plusvalía no varía, los salarios reales aumentan. Si el obrero aumenta la productividad de su trabajo, tanto él como el capitalista se benefician del mismo modo.
Por otro lado, un aumento de la productividad supone la creación de un ejército de reserva, lo que tiene como consecuencia una depresión de los salarios y un aumento de la tasa de plusvalía. El capital constante compite con el trabajo viviente frenando sus demandas. Marx dice, que una mayor productividad supone un aumento de la plusvalía, Así se deduce que a mayor composición orgánica mayor plusvalía.
Según Marx, los cambios en la composición orgánica del capital son tan grandes que pesan más que cualquier efecto compensatorio de los cambios en la tasa de plusvalía. Esto es, según el autor de este libro insostenible, porque la composición orgánica del material es una expresión de valor, por lo que mayor volumen de maquinaria y material no indican su cambio.
“No hay una suposición de que los cambios en la composición orgánica del capital serán relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de plusvalía que los primeros dominarán los movimientos en la tasa de ganancia”.
Hay que considerar ambas variables de similar importancia, por lo que la ley de Marx no es muy convincente. Esto  no quiere decir que haya una tendencia de la tasa de ganancia a descender, pero no se puede demostrar empezando el análisis por la composición orgánica ascendente del capital. Es tras dicha composición, donde encontramos el proceso de acumulación del capital, donde debemos buscar las causas de la depresión de la tasa de ganancia.
La acumulación de capital aumenta la demanda de salarios, lo que lleva a reducir la tasa de plusvalía que se refleja en una menor tasa de ganancia que originan introduciendo maquinaria y otros recursos para economizar el trabajo.
El aumento en la composición orgánica del capital restablece la tasa de plusvalía, aumentando el volumen de la plusvalía. Todo ello no niega las causas restantes de la teoría de Marx. El aumento de la intensidad de explotación es muy importante en la práctica, porque al caber más trabajo en un tiempo determinado, la tasa de plusvalía aumenta considerablemente. La tasa de ganancia, supone un continuo e importante contrapeso.
Por último decir que existen otras fuerzas que varían la tasa de ganancia, unas la elevan y otras tienden a deprimirla.

Tendentes a su depresión son:

  1. Los sindicatos: los obreros se agrupan y los utilizan como instrumento para la mejora de sus condiciones en la producción capitalista.
  2. El Estado en beneficio de los trabajadores: suele tomar muchas forma, con por ejemplo, la limitación legal de la jornada de trabajo o el seguro contra el desempleo
Tendientes a elevarlas:

  1. Organizaciones patronales: que actúan para mejorar la posición del capital frente al trabajo contractualmente.
  2. Explotación del capital: mitiga la presión sobre el mercado de trabajo doméstico imponiendo los efectos depresivos de la acumulación en la tasa de ganancia.
  3. Creación de monopolios: mejoran la tasa de ganancia propia, y en consecuencia la tasa de ganancia general.
  4. El Estado a favor del capital: como es el ejemplo de las tarifas proteccionistas.

Marx cree que los movimientos en la tasa de ganancia, dominan el sistema capitalista. Con el análisis cuidadoso del capitalismo y la tasa de ganancia “La economía política se convierte en un instrumento de comprensión más coherente y poderoso”.


VIII. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Marx nunca dedicó un análisis completo a las crisis capitalistas, quizá, nos dice el autor, por su método analítico de la abstracción, que le impedía un análisis de la complejidad de las causas; Aún así las crisis fueron un tema recurrente en la obra de Marx.
El capitalismo contradictorio de la sociedad capitalista impresiona al burgués practico del modo más notable en los cambios de ciclo periódico que la industria moderna recorre y cuyo punto culminante es la crisis general  (El Capital, 1973).

Los economistas clásicos se mostraron incapaces de elaborar nuevas hipótesis que implicarán las nuevas condiciones capitalistas. Las suposiciones quedaban ancladas en certezas más dadas en la producción simple en economías no desarrolladas, donde el trueque de mercancía por mercancías se presenta como unido en el tiempo, lo que lo convierte en un escenario improbable de crisis.
Sin embargo como nos explica Marx en su crítica de la Ley de los mercados de Say, en la cual se da por sentado la imposibilidad de la interrupción de la circulación M-D-M y por tanto la de la existencia de crisis; En las producciones M-D-M de la producción de mercancía desarrollada , la compra y la venta están separadas en el tiempo y en el espacio, esto implica que el proceso de circulación puede sufrir interrupciones ya que está dividida, además este fenómeno puede extenderse afectando a toda la economía.
En la producción capitalista hay efectivamente riesgo de crisis, al contrario que los referentes históricos de crisis donde se las asociaba a la escasez, con las crisis capitalistas hablamos ahora de crisis de sobreproducción. Sobreproducción como consecuencia y en ocasiones como causa pero la generalidad nos llevaría a centrarnos en las causas de la interrupción del proceso.

EL CAPITALISMO Y LA CRISIS: La forma de circulación propia del capitalismo es D-M-D, ya no estamos hablando de valor de uso como en el desarrollo M-D-M, y donde la lógica invita al proceso por el valor de uso superior de la segunda M, en esta producción simple de mercancías para el consumo  podría seguir la Ley de Say, pero cuando hablamos en dimensiones de producción D-M-D, estamos hablando de la inversión de un capital inicial (fuerza de trabajo, medios de producción) para la producción de mercancías transformables en su venta en dinero, con el objetivo de la expansión del valor del capital inicial, en una carrera de acumulación de riqueza en un sentido abstracto.
En el capitalismo la mayoría de la población mueve su economía con la forma M-D-M con el objetivo del aumento del valor de uso, mientras como ya hemos visto el capitalista aparece en el mercado como interesado en elevar al máximo su tasa de ganancia. 

Comparadas las diferencias diremos que,  la introducción de un parón en el proceso de la producción simple de mercancías y en el capitalismo, producen de igual manera una crisis. La reducción de la circulación, creando una sobreproducción, que más tarde se convertirá en descenso de la producción.  Lo que parece seguro es que si se altera la tasa de ganancia el capitalista reconsidera invertir el dinero que comenzara el proceso D-M-D, vamos a analizar los dos casos de los que nos habla el autor:

  1. D; desaparece o se vuelve negativo: Si el incentivo para la inversión capitalista se extingue, los capitalistas retirarán su capital, disminuirá la circulación y comenzará una crisis seguida de sobreproducción.
Aunque este fenómeno está más cercano a una depresión y puede no ser la explicación del inicio real de una crisis.
  1. El descenso de D: La tasa de ganancia se reduce y el capitalista reduce sus operaciones.  El capitalista elige entre dos vías poner el capital en circulación o guardarlo, aunque más tarde o más temprano habrá de invertirlo. Los más normal es que si la tasa de ganancia está por debajo del nivel ordinario, el capitalista lo retire y se lo lleve a un mercado más rentable, y si esto ocurriese en todos  lo guardaría hasta que se dieran condiciones más favorables (Que la tasa de ganancia vuelva a mejores niveles). Y es que de hecho la crisis y la depresión que la sigue son parte del mecanismo de reactivación de la tasa de ganancia. El capitalista siempre va ir en busca de un aumento de la plusvalía.
Para Marx la clase capitalista se divide en capitalistas y empresarios. El capitalista suministra, mediante préstamos, capital al empresario, que realiza sus operaciones, donde buscará la inversión de capital mientras la tasa de ganancia sea más alta que el interés que le paga al capitalista. En el momento que esto no sea así se cortará la circulación y generalizará la crisis. La premisa aquí son los intereses del capital, de alguna manera el capitalista tenderá a conservar el capital en forma de dinero a prestar el capital a tipos inferiores, ya que sería más prudente posponer sus operaciones hasta que los niveles de ganancias vuelvan a los tipos anteriores o los superen, solo si el periodo fuera largo el capitalista se resignaría a un tipo más bajo y empezaría a hacer circular el capital a los empresarios.
De igual manera las dos tipos alternativos explican la restricción de actividades del capitalista cuando desciende la tasa de beneficio del capital.

DOS TIPOS DE CRISIS: La ley de la tendencia de la tasa de ganancia es su faceta decreciente fue deducida de la suposición de que todas la mercancías se vendía en sus valores de equilibrio, por lo tanto no se tenía en cuanta el síntoma de desequilibrio en el sistema de valor, aunque si hubiera una crisis se convertiría en causa del desequilibrio.
Abandonando la suposición anterior, aparecen nuevas razones y causas del descenso del beneficio. Como nos explica la ley de la oferta y la demanda, si se produce demasiado, el precio del producto desciende por debajo del valor, y la ganancia se reduce o desaparece. Si esto ocurre en diferentes tipos de industrias, se extiende y aparecería una crisis de realización.

Las dos crisis mencionadas nacen igualmente del endurecimiento del lucro, en un caso implicados los movimientos en la tasa de plusvalía y el otro unido al déficit de demanda, pero debemos especificar, en términos de demanda insuficiente para comprar la mercancía con tasa de ganancias satisfactorias para el capitalista.

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